En una tierra antigua de olivos y cipreses
ha fechado mi amigo su más reciente carta.
Lo imagino escribiendo, sentado en una roca
a la orilla del mar, tirando piedrecitas
sobre el lomo verduzco de las olas.
(Si estuviera en un parque tiraría
migas a los gorriones,
si en un estanque, Ledas a los cisnes.)
Lo imagino volviendo su rostro hacia el crepúsculo,
mordisqueando una brizna mientras piensa
que la vida es tan bella porque es corta.
(No es de los que invocan a la muerte.
Es de los que la hospedan, silenciosos,
en el sitio más hondo de su cuerpo.)
Se levanta después y camina despacio,
con las manos metidas en las bolsas
de un traje viejo y ancho.
Puede hervir a su lado la multitud. Mi amigo
está solo. Entre hombres embriagados
de dicha, entre mujeres ojerosas de duelo
lleva su soledad como una espada
desnuda y eficaz, radiante de amenazas.
Llega a su cuarto. Lo abre. Nadie espera.
Hay un olor oscuro,
pesado, de ventana estrangulada.
Igual que cuatro cirios metálicos relucen
las cuatro extremidades agudas de la cama.
Se ha desplomado en ella y una punta lo hiere.
¡Cómo sangra empapando las sábanas, tiñéndolas,
cómo se queda lívido y exangüe
mientras bajo su frente se incendian las almohadas!
La fecha de esta carta que estrujo es muy remota

—de un tiempo en el que el tiempo no existía—
y la ciudad de que habla se reclina
más allá de los mapas.
Mí amigo, sin embargo, está cercano.
Podría yo tocarlo si pudiera
tocar mi corazón recóndito y sellado.
Rosario Castellanos
14 comments:
Hoy quiero visitar a todos aquellos que leo con tanto respeto y admiración. De los cuales aprendo cada día. Tenía la necesidad de estar presente.
De a poco estoy saliendo del reposo, que me impedía estar mucho tiempo sentado en la computadora.
Dejo este mensaje general, esperando que entiendan y los abrazo con todo el afecto de siempre.
De a poco las cosas parecen acomodarse y podré volver a recorrer los espacios tan hermosos, distintos y agradables de todos ustedes.
MentesSueltas
Que bello leer cosas así...
Un texto abrumador que exhuma una sensibilidad extraordinaria. ¿Somos lo que somos o lo que el reflejo del otro nos fuerza a ser? ¿Soledad donde la voz es del otro y por tanto compartida? El otro, aun en su ausencia, está allí.
precioso, me gustó mucho que te acercases por mi rincon, y una suerte para mí poder disfrutar de estas letras tan bellas.
besos
una de mis poetas favoritas...´
todo un regalo hoy
dos besos
Hola, de paseo, leyendo y saludando con afecto.
MentesSueltas
Es bellisima esta poesia Diana!!! Y no la conocía, me la acercaste vos a través de tu blog, gracias!!!
Hola, luego de mucho tiempo, pasaba a saludar
y dejar un abrazo con mi mejor energia.
MentesSueltas
Hola, muy buen espacio has creado. Saludos
Algo para compartir…
Quiero compartir con ustedes la finalización de un proyecto personal muy importante. Luego de muchas idas y vueltas, he logrado terminar mi libro y estoy a punto de presentarlo. Justamente ayer el editor me lo entregó y experimenté una de las cosas más hermosas y emocionantes de mi vida.
Todo lo que uno pueda decir es poco, las sensaciones que se viven en el proceso de creación de un libro son indescriptibles.
Ustedes son, en gran parte mis impulsores y mis mejores consejeros, además de lectores, en algunos casos de más de dos años. Y a ustedes se los debo y se los dedico especialmente.
Si todo está bien (y no dudo que así sea) el próximo sábado 15 de Diciembre realizo la reunión de presentación del libro “Escribo y te cuento…”.
Los quiero mucho.
MentesSueltas
Es la primera vez que leo a Rosario Castellanos y, en este poema que me ha llegado al alma, me ha enamorado. Espero leer más poesía de ella.
Besos
Que poema tan maravilloso. Que sensibilidad la de esta poeta, tan admirada.
Saludos
Has podido tocar el corazón de un amigo, sensible.
lindo poema.
Un hermoso poema. Un blog realmente magnífico. Un espacio esplendido para las letras.
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